Es de sobras conocido que cuando se desea abrir un local de pública concurrencia, «los del ruido» somos los últimos en entrar en el proyecto. Muchas veces nos encontramos ya con el proyecto muy avanzado, o ya directamente la obra del local en curso. Esto hace que modificar el proyecto, en caso que se encuentren faltas de aislamiento, sea un problema.
Otro de los problemas que nos encontramos los que nos dedicamos a hacer proyectos acústicos de locales es que el espacio escogido por el cliente no sirve para tratarlo acústicamente. Básicamente esto es debido a la falta de espacio disponible para los tratamientos. Sobretodo, por falta de altura libre. Los tratamientos acústicos ocupan un volumen en todas las direcciones y en la mayoría de los casos hay que instalar un falso techo aislante con una cámara de aire.
Un caso que me encontré hace un tiempo era un local que quería ser un restaurante para la zona de discotecas del Pueblo Nuevo de Barcelona. Las obras ya estaban un poco avanzadas pero aún llegamos a tiempo para poder definir trasdosados en caso necesario. El local tenía una altura considerable, pero la habían reducido instalando un altillo para que fuera el almacén.
El cliente, sin cortarse ni un pelo, nos indicó que él tenía pedida la licencia de restaurante pero lo que él quería montar ahí era una discoteca «after hours». El altillo almacén no sería tal, sino que sería la pista de baile.
El altillo tenía una altura libre de poco más de 2 metros y era de vigueta metálica. Ese espacio no era habitable por falta de altura, por lo que era imposible aislar ese espacio para hacer algún tipo de actividad. ¡Totalmente impensable una discoteca! Era algo similar a esto:
El cliente exigía que definiéramos los tratamientos para el uso que él quería dar al local, «que para eso nos había contratado». Nos orientó los tratamientos acústicos para el local, poniendo «unas pinturas especiales que se ponen en las discotecas para aislarlas».
Al final, tras mucho tira y afloja, definimos los tratamientos para un restaurante con ambientación musical y fuimos muy escrupulosos al definir en el proyecto un nivel sonoro máximo en su interior para garantizar el cumplimiento de los niveles de inmisión en la vivienda colindante más afectada. Si se superaban esos niveles sonoros en emisión, no garantizábamos el cumplimiento de normativa. Evidentemente el altillo era sólo almacén.
Fuera de lo que es el hecho de querer dar un uso al local distinto al de la licencia, hay que tener muy claro que no todos los locales comerciales son aptos para el uso que les queremos dar. Hay que hacer un pequeño estudio previo para poder determinar la viabilidad de ese local.
Desde Alba Acústica ofrecemos este servicio de asesoría para determinar la idoneidad de un local según el uso que se le quiera dar. De esta forma el cliente tiene la certeza que el presupuesto de la inversión que va a hacer no se le descontrolará por limitaciones acústicas.